Luego de casi un año de la culminación de la primer etapa (ver "Usina de las Ideas"-clickear aquí), el día 23 de mayo quedó finalmente inaugurada la Usina del Arte, un centro cultural que aloja, además, la primer sala sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires.
Con un fantástico y centenario edificio ladrillero como envolvente, que se asemeja a los antiguos palacios renacentistas florentinos, en este nuevo polo cultural, ubicado en el barrio de La Boca, funcionará, además de la Sala Sinfónica para 1200 personas, otra Sala de Cámara para 400 espectadores.
A continuación, nuestro ya conocido Salón Dorado.
El foyer de la sala de conciertos, con su cubierta de vidrio, a través de la cual se puede visualizar la torre del edificio.
Finalmente, la Sala Sinfónica, con sus tres niveles de plateas.
La sala de control.
Y por último, un deseo personal cumplido: subir a la torre. Con la ilusión de convertirme por un rato en Hugo, el personaje del filme de Martin Scorsese, pronto la realidad está frente a mis ojos. La soñada maquinaria del reloj no está, y solo se puede ver el cuadrante del reloj "desde atrás".
Entonces surge un nuevo deseo: subir hasta el techo de la torre. Luego de un complicado ascenso por una escalera gato, trepo hasta lo más alto del edificio. Y a través de las almenas, cual fortaleza medieval, se enmarcan los paisajes de la ciudad.
Los recortes siguientes corresponden a dos publicaciones del diario Clarín, de los dias 21 y 23 de mayo, con notas sonbre el edificio, e ilustradas con fotos de mi autoría.
Ver también: Usina de las Ideas
